jueves, 25 de mayo de 2017

El cuento fantastico

Los otros

Estados Unidos ¿Qué extraño país no? Al menos en mi experiencia. Viví en California durante muchos años, en el barrio cerrado más importante, seguro y lindo de la cuidad. En una casa hermosísima, blanca, con un patio enorme donde jugaba el perro. ¿Increíble no?  Seguro que están pensando  que tenía la vida perfecta, bueno al menos eso aparentaba cada persona que vivía en ese maldito vecindario, todos tan falsos, con una sonrisa en su rostro como si la vida no tuviera problemas ¿Y si los tenías? Bueno la vida continua, ¿no? “Seguí adelante con tu vida como si el problema no existiera y nunca le digas nada a nadie “. Todas las noches antes de irme a dormir, escuchaba exactamente esas mismas palabras de parte de mis papas. ¿En qué mundo vivimos no? Yo no tenía amigos ni  conocidos, yo era el “raro” del colegio, pero eso ya es otra historia... Soy adoptado, bueno... en  realidad  todo tiene que ver con esta historia que les voy a contar sobre este hermoso vecindario con esta hermosa casa y esta perfecta familia. Solo recuerden algo: NADA ES LO QUE PARECE.
Un día volviendo de mis vacaciones, cuando en ese entonces yo tenía unos 5 años, nos encontramos en frente de mi casa una  casa igualita a la nuestra. Obviamente nadie se preocupó, nadie preguntó ni comentó sobre eso. Yo por otro lado no podía decir nada, porque si decía algo, o no le daban importancia o me tomaban por loco. Así fue como empezó todo este embrollo.
Desde que habíamos llegado de las vacaciones, dos semanas atrás, nunca había visto a los vecinos. ¿Un poco raro no? Hasta aquel día en que por fin los vi.  LA vi, en realidad,  solo a ella  y era una  joven de la edad de mi hermana, hasta podría jurar que era idéntica a mi hermana. Esa mañana, Lucia se había ido a la Universidad de Stanford, y atrás de ella su “doble”, la vecina; pero solo la vecina volvió, y en vez de ir a su casa, entró en la mia. Yo en seguida lo noté, pero mi mamá y mi papá solo la recibieron como si en realidad fuera ella, Lucía. Ese día me fui a dormir muy preocupado pero intentando de no pensar en ello. Tal vez solo fuera producto de mi imaginación.
Al día siguiente, vi a otro de mis vecinos: al papá, supongo ya que extrañamente era idéntico al mío. Mi papá se llamaba Harry, trabajaba en una oficina de California. Esa mañana se levantó para ir al trabajo y en el mismo auto, atrás de él salió su “doble”. Como pasó con mi hermana, pasó con mi papá: simplemente se infiltró en mi casa. Yo quería decirle a cualquiera, a quien fuera, solo para que me ayudara, pero cada vez que lo iba a hacer, las palabras que me decían mis papas me venían a la mente. Lo único que podía hacer era dejarlo pasar.
Por último, mi mamá Florencia era maestra y ya saben lo que paso: mi mamá ya no era mi mamá, sino  su doble ¿Cómo sé que esto que les estoy contando es verdad? Luego de dos semanas cuando me sentía solo pero seguía sonriendo, lo asimile y pensé que había sido una alucinación de mi mente. El problema fue cuando ¡LOS VI! VI A MI REAL FAMILIA!. Y me estaban pidiendo ayuda.
Hablé con la policía del barrio, pero como ellos tampoco notaban nada diferente en mi familia, simplemente me mandaron a casa y llamaron a “los otros” como les llamo yo.
Y así es como terminé en este  manicomio, encerrado injustamente…